Héroes y villanos combatiendo en las arenas del tiempo, con palabras tibias y livianas que arrastra el viento, importando poco lo mucho que podrían estar fingiendo…
Historias memorizadas de romanticismo y leyenda, dichas una y otra vez hasta el cansancio molestando a los oídos y doliendo la lengua, perdidos en el significado que producen los latidos que infartan las venas.
Entusiastas amantes que repiten sus falsas promesas, entusiastas imágenes maquilladas con el precio a la venta, enredadas falacias que no dejan de marcar el tiempo, sus promesas de ayer se reviven hoy como fantásticos cuentos…y díganme ahora … ¿donde han quedado sus nuevos momentos?
De la noche al día se han dormido sus sueños, los de aquellos valientes que juraban amor eterno, ya no hubo más caricias cálidas que sobrevivieran al frio del invierno, la mascarilla de sus almas se congeló con el tiempo…de sus pactos, hoy quedan cenizas que enferman al presente en testigos recuerdos…
El libreto ha terminado para sus personajes de ensueño, de aquellos estereotipos con solo una linda imagen y sin ningunos sesos, comparados entre los tantos miles resultan ser la mayoría iguales, al paso de los días y a través de las promesas no dejaron de ser solo amantes.
Olvidados de quienes son, confundidos y agotados, son muy pocos lo que hayan su camino y muchos quedan relegados, con visiones borrosas y otras un tanto osadas…de la noche a la mañana su voluntad tuvo alas...
De mi vida y de mi espacio, de mi experiencia en mis errores, soy lo que hoy se percibe… aturdido, complejo o visionario. Entre dudas y misterios, tan lejos o tan cerca…de visita en paraísos o infiernos quiero sentir como eres, sentirme y que me sientas, tener instantes reales de los que si algún día recuerdo prometí… jamás me arrepienta…
Importa nada la cantidad de colores que tenga la caja, importa mucho abrir bien las pestañas que 8 o 16 matices dilaten las pupilas y atreverse a cruzar al otro lado que dibujen las líneas…
Desnudarse la piel, sentirse el alma, sentirse únicos y capaces de hacer reír la luna llena, de pintarle un rostro feliz y nadar por entre las estrellas, sentirse pequeño y sentirse gigante, para aprender la humildad y no ser arrogante…
Y así tan cerca o tan lejos, las estaciones no dejarán de irnos pasando año con año, ¿cuántas de ellas serán nuestros otoños? , ¿Cuántos inviernos helaran tus dedos?, ¿Cuántos propósitos serán nuestros?, ¿Cuántas diferencias nos importarán menos…?