…tal como si fuera realidad, dentro del tiempo detenido en alguna hora inquietante del día, de cualquier mes, en plena indiferencia que no rechaza nuestra existencia, no estaría seguro de que mis pies toquen el suelo o menos aun de traer los zapatos puestos, no me importaría defender mi postura política, religiosa o cualquier otra idea que debiera tener mi andar que me lleve hasta tu desconocida identidad.
“Dulce cariño mío que floreciste bajo las heladas tormentas, como lo dulce de tus labios que besan y muerden los recuerdos sin hora y en todo momento, dulce como el llanto cuando las palabras se esconden, dulce como la aventura de lo desconocido y cuando el miedo se agobia, como las mañanas como el mar repleto de estrellas, como primaveras de Marzo hasta marchitos Diciembres…”
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