Sin hacer hincapié en la naturaleza del primer encuentro con cualquier experiencia, llámesele “primera vez”, será el número de veces que nos dará la pauta para afrontarla más tarde y hacerla nuestra; hablaré estrictamente de aquellas sensaciones de la que no parecen tener salida, las que son agobiantes, vergonzosas y por demás deprimentes.
Será muy importante la calidad, la experiencia y por mucho, las tantas veces que la hayamos realizado, teniendo en cuenta que no siempre sale todo a la primera… es por esas malas veces que la falta de costumbre hace que nos cueste tanto lidiar con ese sabor amargo que dejan en la boca, atemorizado con el espíritu endeble, respirando desconfianza es difícil abrirse paso hacia una segunda vez…es aquí el sentido de estas líneas.
.- La falta de costumbre corroe nuestra seguridad, tener la experiencia pule una que otra habilidad.
.-Tres, diez, treinta veces no alcanzarán la perfección, jamás se logra tal cosa habiendo tanto de donde rascar.
.- Acostumbrarse nunca es suficiente
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