Magia en oferta

La locura que  implica  pensar que  dios te tenga una chambita no más pa ti acá en la tierra u ocurrencias que llegan a azotarnos aseverando tener una vida elaborada, nos llenan la cabeza creyendo en el destino, y eso no es más que  pura magia barata…

     El truco ha quedado al descubierto, todo comienza cuando echamos un candente vistazo  a todo acontecimiento refundido en el pasado, todos los buenos y los azarosamente perfectos que nos hacen creer que en esta impredecible vida nos espera una velada llena de goce, la manera de emplear el recuerdo de esos sorprendentes encuentros es cuando únicamente nos enfocamos a los buenos y  a todo aquel que está ligado con otro, dejando a un lado a los malos ratos y así por consiguiente.

     Osamos llenarnos la cabeza de ideas de un destino fantasma que solo existe cuando se abre el ataúd del ayer, ¡joder! Ni el mismo futuro existe, todo es una largo presente y lo que  medites del ayer sirva para estar listo hacia lo desconocido, no para justificar una existencia automáticamente mortal y casual.

     Creer que en el paso de los años nuestra vida tiene un destino no es más que un anhelo  humano al disfrutar pensar en todo aquello excitante  que hemos vivido  y el deseo que nos aguarde algo más satisfactorio,  porque así somos, absolutamente no creo que nadie piense en todo aquello malo  que también existe y nos pasa, que de igual forma es puro azar del cual nadie se atreve a elaborar un destino, porque así somos como humanos, anhelamos lo bueno todo el tiempo y rechazamos lo que se nos hace malo [lo subjetivo es tan escurridizo…].

     Así pues que el destino no existe, nosotros somos quien decidimos a donde  llegar, sabiendo completamente que donde estemos podrá pasar de todo, es allí donde el hacer o no hacer nos llevará a un malestar o un plácido confort.